El Valencia regala la Supercopa
Chapeau' para el Madrid, con mayúsculas. Tiene mucho mérito ganar y remontarle el partido al Valencia, con nueve y con decisiones del árbitro lesivas para sus intereses. La épica es la gasolina que mejor le funciona a los blancos; mejor incluso que la táctica de Schuster. Entre Robben y Van Nistelrooy le han ganado la Supercopa a un Valencia bisoño, con síntomas de recuperación de sus señas de identidad, pero que, cuando afloja los puños, se convierte en un equipo blando, que destruye el trabajo interno de Emery. Reconociendo por delante el mérito del Madrid por haber ganado, con los obstáculos sabidos, no tengo más remedio que afirmar que el Valencia le regaló la Supercopa. Y eso duele mucho. Casi más que cuando te ganan 3-0 de forma contundente. Tenerlo en la mano y soltarlo de esa forma te deja cara de tonto. Y así se quedaron Emery, Silva, Albelda, Soriano etc.
Pero, en la decepción che, rompo una lanza a su favor. Unai está rescatando al equipo del pozo y le está dotando del armazón que le hizo grande. El Valencia tiene un plantillón. ¿¡Y qué equipo tendría si dispusiera de un gran portero, de un central como el mejor Ayala y recuperase al mejor Joaquín y Vicente!? ¡Qué agujero en el triángulo portero-centrales! Y, por último, si Baraja pudiera exprimir un añito de lo que fue o Edu sacara lo que tiene en sus botas. La Supercopa es un título mayor para el Madrid, porque ha tenido caché gracias a los dos equipos.