Calderón duerme con su enemigo

Calderón duerme con su enemigo

La temporada pasada, Villar supo engañarme. Por un lado, ya no asistimos a goles de Messi con la mano que luego tenían como premio pitar la final de Copa. Por otro, en caso de duda a los árbitros de Sánchez Arminio ya no les tembló el silbato pensando que si cometían un error a favor del Madrid les iba a costar el descenso de categoría. Para remate, al verle con la camiseta blanca en el Donostiarra creí ingenuamente que era un gesto público para expiar todos sus pecados. Pero hay un refrán que no perdona: "La cabra siempre tira al monte". Y así ha sido en el caso de Pepe. Sangrante.

Resulta que Villar, en plan Ave César, concede en la Asamblea del 16 de julio un indulto de gracia para premiar a los castigados por asuntos disciplinarios en homenaje a nuestros héroes de la Eurocopa de Viena. Hasta ahí, perfecto. Pero resulta que la Prensa deportiva, que está para servir e informar al ciudadano, recuerda que Pepe no puede jugar en Valencia la ida de la Supercopa por estar vigente su sanción tras su expulsión del Madrid-Sevilla de hace un año en el Bernabéu. Y, qué casualidad, la Federación Española envía a los clubes la circular del indulto 24 horas después del partido de Mestalla a pesar de conocerse desde hace 32 días la decisión de Ángel María. El Madrid encajó el domingo tres goles que Pepe vio impotente desde su casa de Las Rozas, mientras que Alves jugará en Soria con el Barça. Calderón debe revisar su amistad con Villar, porque sigue durmiendo con su enemigo