Existen motivos para soñar
Veinticuatro años después de la medalla de plata de Los Ángeles, el baloncesto español tiene esperanzas fundadas de volver a un podio olímpico en los Juegos de Pekín. En la preparación se ha evidenciado que tenemos un gran equipo y un magnífico entrenador. Así se deduce de las siete victorias en siete partidos; así lo avala el nivel de algunos adversarios (entre ellos los campeones olímpico y europeo), y así lo explican los promedios alcanzados en ataque y defensa (93, 58). Aíto García Reneses ha puesto ya su sello en la Selección, y lo mismo que los jugadores, merece una medalla como premio a su gran trayectoria deportiva.
Aíto también es fiel a su estilo al facilitar el progreso de jóvenes figuras, sobre todo Ricky Rubio. Ya no es ningún secreto el talento de este joven de 17 años, pero su calidad y buen hacer continúan sorprendiendo. De igual modo que un primer violín, un concertino, destaca más en una gran orquesta, Ricky hace gala de todos sus recursos cuando tiene grandes figuras como compañeros. Tengamos confianza en que España nos dará grandes satisfacciones en lo colectivo y en lo individual.