Vuelve la sonrisa del campeón
Difícil calcular la aportación de un campeón del mundo a un grupo. Saber en qué medida influye que un tipo que lo ha ganado todo y que pasó hace años la barrera de los treinta, no pare de sonreír, dar ánimos y bromear con los que le rodean. Eso no se ve nunca reflejado en las estadísticas. Tampoco se valora a la hora de firmar un contrato. Pero Cannavaro suma todo ello a su calidad futbolística. No es el típico defensa italiano duro. Mientras Materazzi intimida con patadas, él roba el balón con arte y luego regala una sonrisa al delantero. No se mofa, simplemente resta trascendencia al lance.
Pues todo eso lo podrá disfrutar nuevamente el Real Madrid esta temporada. Recuperado en tiempo récord, Fabio lleva días haciendo de las suyas en Austria. Si cabe, con más empeño, porque sabe que se agotan sus días de gloria antes de regresar a Nápoles. Quiere ganar la Champions vestido de blanco, su única cuenta pendiente. Cannavaro está listo para su último asalto. Cuando se vaya, su figura crecerá.