No éramos nadie: 5 en 44 años

No éramos nadie: 5 en 44 años

Desde los Juegos de París en 1924 hasta los de México en 1968 el deporte olímpico español fue prácticamente inexistente. Desde luego, no entraba en las prioridades de la dictadura. Entre esos años se celebraron diez Juegos y sólo sacamos cinco medallas: dos menos que Portugal y 188 menos que Francia, nuestros vecinos. Hacia el final de esta oscura época comenzamos a levantar cabeza con el Madrid, con Bahamontes, con Santana, con Nieto, pero en los Juegos no estaban contempladas las motos, ni el tenis, ni el ciclismo de carretera, ni el fútbol profesional. Sólo se admitió de exhibición el tenis en México y Santana ganó la final a Orantes en cinco sets. Por su triunfo recibió un cheque por valor de 882 pesetas. Lo tiene enmarcado.

España, además, no acudió a todas las citas entre 1924 y 1968. Boicoteó Melbourne 56 por la invasión soviética de Hungría. Acudió, sin embargo, a la hípica, celebrada en Estocolmo, porque ahí competía gente militar, con influencias y que se codeaba con los mejores. Navarro Morenés, el Marqués de los Trujillos y García Fernández ganaron el oro en Amsterdam 28; Navarro Morenés repitió podio veinte años después, en Londres, ganando el bronce con Gavilán y Ponce de León y García Cruz. Las otras medallas de este periodo las obtuvieron Amat, bronce en vela en Los Ángeles 32 -ahí se inició la cuenta de este deporte, líder actual de medallas-, León, plata en tiro en Helsinki 52 y el hockey masculino, bronce en Roma 60.