Suráfrica improvisa mucho más
En un aspecto importante, los surafricanos son como los españoles. Sólo que más. Se creen los reyes de la improvisación. Un proyecto puede que genere sus dificultades pero, llegada la hora de la verdad, se encontrará la solución. Por eso están convencidos en Suráfrica de que las dudas alrededor de su capacidad de tener todo listo a tiempo para el Mundial de 2010 se han exagerado. Pero hay un problema. Sepp Blatter, el presidente de la FIFA, no es español: es suizo. Y su concepto de lo que significa estar preparado puede que no sea tan generoso. Blatter quizá se haya fijado en que un proyecto de vía de tren en Johanesburgo -considerado esencial para transportar a los aficionados entre el aeropuerto, los hoteles y los estadios- sufrió un duro revés la semana pasada cuando un túnel que están contruyendo debajo de una calle importante se hundió. En España (piensen AVE, piensen Barcelona) ya sabemos de estos problemillas. Y que se superan y que la vida sigue.
Acabo de estar en Suráfrica y estoy convencido de que el país es capaz de montar un más que digno Mundial. La pregunta es si Blatter y su gente tendrán la misma idea, y el mismo sentido del humor.