Europa, baja; España, sube

Europa, baja; España, sube

El atleta Ángel Rodríguez corrió el miércoles en Salamanca los 100 metros en 10.14 segundos. Se trata de una marca excepcional para el atletismo español, que tiene en las carreras de velocidad su punto más débil. Con 10.14 segundos no es que se puedan ganar muchas cosas, pero da para competir con dignidad en Europa. Sobre todo ahora que la velocidad europea está en regresión. Si mantiene el tipo es gracias a los atletas nacionalizados, casos del subcampeón olímpico Obikwelu, nacido en Nigeria y portugués desde 2001, o de Saidy Ndure, nacido en Gambia y noruego desde 2006, que este año ha corrido en 10.01 segundos. Pero el hombre blanco europeo hace tiempo que dejó de correr muy rápido los 100 metros.

El polaco Woronin corrió los 100 metros en 10.00 hace 24 años; el italiano Mennea, en 10.01 hace 29; el alemán Emmelmann, en 10.06 hace 23; el ruso Borzov, en 10.07 hace 36. No es normal que tantos años después sus compatriotas no sean capaces de acercarse a estas marcas cuando se ha avanzado una barbaridad en entrenamiento, material y preparación biológica. Es fácil deducir que, en lo que respecta a esto último, los productos empleados tiempo atrás no pasarían hoy los actuales controles. Por eso los países europeos que no nacionalizan velocistas han retrocedido a marcas que están al alcance de quienes siguen una progresión que está dentro de la normalidad. Por ejemplo, Rodríguez; por ejemplo, España.