Senna, el corazón de España

Aunque suene a chiste, Ronald Koeman es en parte responsable de que una de las grandes figuras de la Eurocopa sea Marcos Senna. Albelda era intocable para el seleccionador Luis Aragonés hasta que se lo cargó el holandés. Dudo que el valencianista hubiese estado al nivel de Marcos. Cada partido de Senna ha sido un recital. Ayer también. Pensábamos que tras lo de Italia en cuartos de final había tocado techo. Ya, ya. Desconozco de donde saca fuerzas para ayudar a los laterales, a los centrales y, encima, para suplantar a Xavi, nada menos que a Xavi, en la distribución del juego. Es, sin duda, un jugador 10.

Pero su verdadero valor aparece cuando el equipo lo pasa mal. Ayer, en la primera parte, con cierta rigidez y falta de ideas, Senna no perdió la compostura. Por contra, en la segunda, con el viento a favor, desapareció de escena como sabiendo que él ya había cumplido y que les tocaba lucirse a otros. Callado, tímido, como no queriendo molestar. Ahora valoraremos aún más su papel en el Villarreal y la temporada que se ha marcado. También aquí en Austria no hay mejor mediocentro en todo el torneo. En la final volverá a estar en su sitio.