La herejía Xavista de la Selección
Para qué nos vamos a engañar? Nos gusta creer que los juicios que emitimos se basan en la fría razón. Pero mentira. Todos llevamos a cuestas nuestros prejuicios. La objetividad no existe. Comienzo con este pequeño paréntesis filosófico como prólogo a la herejía en la que, para muchos, voy a caer. Creo que Xavi no debería de ser titular en la Selección Española. Claro que es un gran futbolista. Pero pienso que para España representa más un problema que una soluci que encarna muchas de las virtudes de la Selección, pero también su gran mal.
Las virtudes son muchas: que tiene un gran juego de posesión, que da gusto verle jugar, que torea bien. Pero el mal histórico es que no liquida al toro. Es desesperantemente horizontal. Y Xavi es el jugador horizontal por excelencia, el eje de un estilo de juego en el que se pasa a un costado y al otro, se recula, no se pierde el balón, pero tampoco se acaba haciendo mucho con él. Como en la primera parte contra Italia.
A lo que voy -y aquí es donde confieso el prejuicio- es que Cesc Fábregas debe de asumir el mando. Es un jugador que me encanta. Es verdad: perderá más balones que Xavi. Pero lo hará intentando jugadas arriesgadas, buscando el gol. Cuando sale Cesc le imprime otro ritmo a la Selecci otra urgencia. El objetivo deja de ser la belleza por sí misma y lo que prima es la efectividad. Para vencer el maleficio de no haber ganado nada desde 1964, España tiene que convertirse en un equipo más matón. Cesc, que proyecta y contagia mil veces más pasión ganadora en el campo que Xavi, es el hombre indicado para rematar la faena.