La competición de atletismo de selecciones nacionales por excelencia, y que nunca ganamos, se disputa este fin de semana. Es la llamada Superliga, antes Copa de Europa y el próximo año Campeonato de Europa, que estrenará formato. El actual es a un atleta por país y prueba, con un reparto de puntos que va desde ocho al primero hasta uno al último. En las carreras de mediofondo y fondo no nos va nada mal, pero en el resto de las pruebas... Y como no hay maratón ni marcha, pues tampoco sumamos los puntos necesarios para disputar la victoria. Lo mejor que hemos quedado ha sido cuartos, hace ya doce años, cuando la Superliga se celebró en Madrid y nuestros atletas adelantaron su preparación para quedar medianamente bien.

Ahora no es el caso. La Superliga no es un objetivo prioritario. Por eso el equipo se va a presentar corto de preparación, como también los demás, pero nosotros más que nadie a tenor de las marcas con que se presentan los participantes. Estas marcas nos dan seis últimos puestos: 100, 200, 400, 400 vallas, longitud y martillo; tres penúltimos: altura, peso y jabalina; un antepenúltimo: pértiga. A cambio, tres victorias, las de 3.000 metros, 5.000 y 110 vallas, por un segundo puesto en disco y cuatro terceros: 800, 1.500, obstáculos y triple. Como se confirmen estas posiciones, estaríamos rozando quedarnos fuera de la máxima categoría el próximo año en hombres, como están ahora las mujeres. El atletismo por equipos no es lo nuestro.