El gurú Aíto busca su consagración

En principio sorprende que Aíto se haya prestado a ser tachado de esquirol, reemplazando a un compañero destituido de forma polémica, pero tengo claro que cuenta con la bendición del propio Pepu Hernández, que de hecho es uno de los muchos discípulos que el nuevo seleccionador tiene repartidos por todo el planeta basket. Además, para un maestro de maestros como es Alejandro García Reneses, poner el entorchado olímpico en su palmarés era una tentación irresistible, a la vez que merecida. Astuta jugada del presidente de la Federación Española. El mejor modo de acallar censuras por la expulsión de un chamán joven era sustituirle por el brujo supremo. Lo curioso es que como Díaz-Miguel y Pepu, Aíto es un producto made in Ramiro.

Pocas sorpresas en la lista olímpica, mezcla de veteranos útiles, como Carlos Jiménez, y de talentos jóvenes como Ricky Rubio. Donde Aíto ha puesto de verdad su sello es en la designación de Pepiño Casal como preparador físico y de Joaquín Costa como ayudante. Son sus compañeros de viaje desde tiempo inmemorial. Pepiño ha hecho el milagro de transformar un spaghetti llamado Pau Gasol en un portento físico de primera dimensión. Ahora es el hombre idóneo para ponerle a punto tras la final NBA. Quim Costa conoce la filosofía de Aíto mejor que nadie. La bebió como jugador y como ayudante. Si el objetivo, una vez más, es que la Selección sea Equipo Nacional, Aíto empieza dando ejemplo. Entra en liza con sus escuderos favoritos.