Salom, otro 'derribo' de Juan Soler
Lo primero que quiero decir es que Rafael Salom ha tenido la hombría y la dignidad de presentar su dimisión. Algo tarde, pero lo ha hecho. A la tercera ha ido la vencida. Justo cuando, aunque no quisiera verlo, ha comprobado que la palabra de Juan Soler no es garantía de seguridad. Salom iba a ser el presidente del Valencia, si Juan dejaba el cargo. Se lo prometió y luego no se lo cumplió: nombró a Agustín Morera. En ese primer asalto, Salom aguantó la estocada y continuó. Hubo una segunda cornada. Alcanzó un acuerdo el día antes del juicio de Albelda, con el jugador; pero se lo tumbó Soler, que quiso vetar hasta seis equipos a los que David no podría ir tras obtener la carta de libertad. Otra vez, se hizo el sueco y continuó. Pero la tercera cornada fue a lo 'Paquirri'. Lo de Marcelino fue definitivo. Soler le autorizó a ficharlo y cuando lo tenía hecho a falta tan sólo de la firma, le hizo romperlo. Y ahí dijo basta.
ASalom le ha costado mucho dar el paso porque lo que estaba haciendo le gusta más que las mujeres y el vino. Chapotear en lo que todo aficionado sueña con hacer: fichar y desfichar, cuando lo tienes en la mano, es dificilísimo. Pero hay un momento en que la dignidad y la propia imagen se tiene que imponer. Y no vale tragarse 'un Barreiros' y decir que ha sido un guisante. Con Salom he perdido la cuenta. Creo que es el quinto vicepresidente y el consejero dieci...tantos que abandona a Soler o lo tira. Con tantas novias, está claro que el problema es el novio.