Hay diez sin nivel para la Champions
Los suplentes del Atlético nos regalaron una despedida acorde con toda su temporada y con su nivel real: un desastre. Sobre todo la defensa. Es lógico, si los titulares son flojos, los segundos espadas sólo pueden ser circenses. Y a fe que lo son. Seitaridis quedará por siempre en nuestro recuerdo como el inefable Seitarado, capaz de inventarse un gol en propia puerta o un penalti innecesario de donde no había nada. Lástima que un futbolista con tantas cualidades no tenga ningún interés en aprovecharlas. Eller no posee virtud alguna e incluso ayer, sin nada en juego, pegó a hacer daño a Silva y se llevó por delante a Alexis en un penalti que no se pitó y acabó con el valencianista groggy. Una vergüenza. Ellos dos se irán, espero que lejos, pero no pueden ser los únicos.
Me aterroriza que Gil Marín y Aguirre insistan en que sólo se marcharán cuatro o cinco. Sería una irresponsabilidad. El Atleti ha terminado cuarto porque la temporada de Agüero y Forlán ha sido espectacular y han encontrado una notable ayuda en Maxi, Raúl García, Simao y Camacho. Creo que Leo Franco, Perea y Antonio López caben en una plantilla de Champions. Pablo está muy en el límite, Motta es cuestión de fe en su rodilla y gastar dos comodines en Luis García y Reyes es temerario. Valera y Miguel tienen potencial: deberían ser cedidos. Los demás sobran. El Atleti casi no llega a la orilla porque sus estrellas han acabado desfondadas y no puede obviar esta lección. Si quiere asentarse en la élite, tiene que deshacerse de una decena de mediocres. Sin excusas.