No hay equipo para Champions
Estuve a punto de airear mi euforia en Neptuno, pero a última hora me reprimí y me reservé para mejor ocasión. Como hincha he sentido una inmensa alegría. Más todavía, si tenemos en cuenta lo limitado de nuestro potencial. Nos hemos situado en la elite, aunque aún haya que pasar una reválida, sin deslumbrar a nadie con el juego, con un entrenador incapaz de otorgarle al equipo una seña de identidad y con una plantilla con más de la mitad de sus futbolistas sin nivel suficiente para vestir esta camiseta. Ahora llega el momento de la verdad.
Es decir, saber si en los despachos serán capaces de que este equipo dé el salto de calidad que necesita para hacer un digno papel en Europa. Es imprescindible rentabilizar la salida de jugadores totalmente amortizados y fichar con inteligencia. Es decir, traer a futbolistas válidos y asequibles. Los responsables técnicos no deben repetir errores pasados, como gastarse cientos de millones de euros, casi siempre, en auténticas medianías. El entrenador, Aguirre, no entusiasma, pero se merece demostrar si, con un equipo de verdad, es capaz de que el Atleti juegue a ese fútbol alegre que todos queremos.