Aguirre gana en la guerra de guerrillas
Intentemos aclarar esta comedia de enredo. Si el Atleti entra en la Champions, Aguirre sigue. ¿Por qué? Por empeño de Miguel Ángel Gil, entre la cabezonería y la justicia de cumplir lo prometido. Sencillo, ¿no? Pues no. Porque él es el único valedor del mexicano y el resto del Consejo anda enredando. ¿Sus motivos? Que la afición ha sentenciado al Vasco y aquí cada uno mira por su pescuezo. Si Aguirre continúa y el Atleti arranca mal la temporada, en agosto ya está montada la de San Quintín y la grada señalará al palco. Mal negocio para los que se sientan allí.
E ntonces ese sector, digamos, pragmático trata de convencer a Gil Marín sea como sea. Y aparecen agentes tipo Quilón para intentar colocar a sus clientes en paro, como Quique Sánchez Flores, utilizando en el empeño más sus contactos que sus verdades. Pero Quique no llegará aunque triunfe el bando procambio. Sus apuestas son Emery y Marcelino. Nuevo problema, ya que Gil Marín no quiere experimentos y sólo cedería para fichar certezas: Benítez o Mourinho. Claro que entonces no tendría dinero para pagarles a ellos y los fichajes que exigirían. ¿Conclusión? Que el vodevil es absurdo, que lo más fácil es que siga Aguirre y que yo ponía a Agüero de entrenador-jugador y me dejaba de tonterías.