El puñetazo de honor de la plantilla

Es el partido más importante del siglo XXI para el Atlético. La Champions no es ninguna tontería y los temores me asaltan. Somos el único equipo capaz de resucitar al Espanyol de su nefasta segunda vuelta. Lo que si pido a Aguirre y sus jugadores es actitud y orgullo. Deben morir por ese escudo y no dejar todo a las genialidades de Agüero, que es un mago, pero que siempre se siente cómodo si está arropado por el personal.

Pedir florituras a estas alturas de la Liga sería una idiotez. El Atlético debe afrontar sus tres últimos encuentros con mentalidad ganadora y el cuchillo entre los dientes. Los más veteranos, casos Leo Franco y Maxi Rodríguez debe imponer sus galones y saber cómo hay que saltar al terreno de juego. Los miedos, para el vestuario, y asustar a los de Valverde desde el primer minuto. Si se impone esta pizarra los tres puntos vendrán a Madrid y el domingo se podrá festejar la Champions en el Calderón ante el Deportivo. Si se sigue con la postura mediocre, vulgar y miedosa de toda la segunda vuelta, salvo que San Isidro se acuerde de los colchoneros, el pasaporte seguirá guardado en el cajón. Es el momento de que los futbolistas asuman el poder, peguen un puñetazo en la clasificación y saquen su orgullo.