Alonso fabricó un milagro
Que nadie dude ni un instante que el segundo puesto logrado por Alonso es una machada colosal con categoría de gesta heroica. No quiero quitar ningún mérito a los ingenieros espaciales de Renault, pero mucho me temo que el 1.21.904 del asturiano tiene mucho más que ver con la calidad y la casta del piloto, la estrategia y el motor del coche que con ese pomposo yelmo que luce en el capó trasero. Me parece muy extraño que, a base de colocar espectaculares y esbeltos artilugios aerodinámicos, el R28 sea capaz de recortar los dos segundos de ventaja que le sacaron Massa y Kubica en Malaisia y Bahrain. Eso tiene más de milagro que de otra cosa, aunque con Alonso de por medio todo puede ser, y si no que se lo pregunten a Dennis (McLaren, cuarta escudería).
La otra explicación y ojalá me confunda, aunque me temo que no, es que, en un gesto de populismo como los de Ferrari en sus malos tiempos cuando corría en Monza (buenos entrenos y carreras horribles), los estrategas de la Reggie hayan aligerado al máximo de gasolina para correr bastante más y serenar los ánimos de la afición española. Ya lo veremos, pero mientras tanto apunten aquello que decía Enzo Ferrari: "La aerodinámica es para aquéllos que no saben hacer buenos motores".