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No era el día de echar a Koeman

Hubiese sido el colmo! Echar a Koeman el día después de ganar la final de la Copa del Rey sólo se le ocurre al que asó la manteca. Pero aquí nadie se inventa nada. El entrenador reconocía la noche de la final que su feeling no era bueno y que notaba cosas raras. Koeman está sentenciado por muchos jugadores y por el Consejo... y no sé si por Juan Soler, que al final es el verdugo. El Consejo tomó o respaldó dos decisiones con buen criterio. La primera, no hacer celebraciones forzadas por el título de Copa y administrar con prudencia y austeridad el éxito, en beneficio de alejarse del precipicio del descenso en Liga. Y la segunda, evitar otro ridículo nacional. Porque ridículo hubiese sido que el propio Valencia destruyera su noticia buena del día por echar a su entrenador el día que el valencianismo esboza una sonrisa.

Hubiese sido para romperles el carnet si a los dos últimos técnicos los echan, uno a las 4 de la mañana y el otro el día que gana la Copa. Se trata del don de la oportunidad; no del fondo de la cuestión. Motivos hay sobrados para echarlo.... en su momento. Y por cierto, hay que meterle presión a los jugadores: si decimos que la final la han ganado los jugadores; no puede ser, que si se pierde en Bilbao, sea por Koeman. Que los jugadores ganen también en Bilbao, aunque pasen de Koeman.