Una final con sabor agridulce

Qué sensación más rara la de hoy! Un trago dulce en una botella agria. Y menos mal que el Zaragoza no le ganó al Getafe, porque, si no, estaríamos tiritando a tres del descenso. La final de hoy es como si naciera un hijo y a la misma vez te están haciendo pruebas de cáncer. La alegría del nacimiento (la Copa) y la honda preocupación de saber los resultados del oncólogo por si el cáncer te ha atrapado (descenso). Dijo Baraja en AS que ellos querían "ganar por toda esa gente que está sufriendo". Yo lo haría, especialmente, también por los 20.000 aficionados que estarán hoy en Madrid. Tienen mucho mérito. Se van a pegar un palizón, en un momento de depresión. Lo haría también por muchos niños que le han pedido a sus padres que los lleven a ver ganar al Valencia su primer título. Y añadiría: hacedlo por vosotros.

Cada jugador tendrá motivos positivos y negativos para tener una determinada actitud. Que los dejen al margen y piensen que es una final para su prestigio, su palmarés, su cuenta bancaria o su dignidad. Cuando pasen muchos años, lo que quedará no serán los marginados, los récords negativos o las 'koemanadas', sino que el Valencia ganó la Copa del Rey 2007-08: la séptima en su historia y pasará al Zaragoza, que tiene seis. Y se acercará al Atlético, que suma nueve. El Valencia se convertiría en el quinto equipo que más títulos tiene. Y, con la Copa en el bolsillo, a luchar por no descender y a reconstruir el club del 'tsunami' Juan Soler.