La Penya recupera grandeza
Es la fórmula mágica: un entrenador de calidad y un presidente que le otorga plenos poderes y le respalda en todas sus decisiones. Tres ejemplos: Ferrándiz-Saporta, Aíto-Núñez y, ahora, de nuevo Aíto, con Villacampa detrás. Don Alejandro García Reneses es como un decorador de El Corte Inglés. Usted le entrega las llaves y, dos semanas después, su casa es un palacio. Le cuesta una pasta, cierto, pero el que quiere lujos ha de pagarlos. El técnico madrileño cogió al Joventut en plena crisis (económica y deportiva) y se ha empeñado en llevarle otra vez al Olimpo europeo, rememorar los tiempos felices de la Copa Korac (título en el 90) o la Euroliga (campeón en el 94). Con el tándem Aíto-Jordi en perfecta coordinación, la Penya ha limpiado las telarañas que se apoderaban de su vitrina de trofeos. Copa FIBA en el 2006, Copa del Rey y Copa ULEB en la campaña actual.
Por si fuera poco, el DKV Joventut, como todos los equipos de don Alejandro, innova y convence en el plano técnico. El preparador madrileño no se limita a conseguir victorias. Además lanza al estrellato grandes valores (Pau Gasol, Rudy Fernández, Ricky Rubio...) e impone modas tácticas que sus múltiples pupilos adoptan con entusiasmo. Ataque con tres postes, defensa presionante en medio campo, contragolpe o transición modélicos... Gana y ofrece espectáculo. Ver jugar al DKV Joventut es una lección de basket. El ganar como sea no cuenta para Aíto. Gana... e impone magisterio.