Tres puñales y nervios en la defensa
El primer tiempo fue una locura. En cinco minutos el Atlético estaba dos cero y el Almería con un jugador en la caseta, expulsado. Ya se sabe que Pérez Burrull tiene la tarjeta fácil y a los tres minutos le enseñó una roja, muy rigurosa, a Pulido. Con 2-0 y contra diez, parecía una tarde plácida para el Atlético, un día para hacer disfrutar al graderío repleto de niños en una tarde primaveral. No fue posible, porque el Atlético es especialista en complicarse lo más sencillo y porque a la defensa rojiblanca, sobre todo a Pablo y Perea, les tiemblan las piernas en el Calderón. Y a eso hay que unir que el Almería es un equipo magnífico, que toca muy bien y Emery los tiene aleccionados para convertir cualquier córner o falta en peligro inminente. Y ese justo es uno de los talones de Aquiles de este Atlético. El partido se convirtió en un cambio de golpes, con el Atlético exhibiendo su pegada, grandes el Kun, Forlán y Simao, y el Almería poniendo en evidencia los agujeros de la defensa rojiblanca.
El duelo acabó al filo del descanso cuando Juanito, con toda justicia, vio la segunda amarilla. Ya era demasiado para este heroico Almería. Todo fue ya coser y cantar para el Atlético. Hasta el polémico Reyes se unió al festín y colaboró con sus internadas, una de ellas finalizada por el Kun con un bellísimo sexto gol. El Almería plantó cara mientras pudo, pero pagó demasiado caras las dos expulsiones. Y el Atlético resolvió gracias al poderío de sus tres puñales: Simao, Kun y Forlán.