El éxito del danés impasible
Michael Laudrup está firmando un estruendoso éxito en el Getafe de la manera menos estridente posible. Con toda una brillante y elegante carrera como futbolista por detrás, es la viva imagen del danés impasible, de una persona a la que no emborracha el éxito pero a la que tampoco desquicia la derrota. Por eso, en estos momentos en lo que todo le sonríe y las alabanzas le caen en aluvión, quizá la más significativo fuera su manera de gestionar sus difíciles inicios en el club azulón, aquellos en los que sólo consiguió dos puntos en las siete primeras jornadas de Liga. Esos momentos los capeó con tranquilidad y sin buscar excusas extrañas a la que son tan dados algunos de sus colegas.
Aunque hay excepciones, su manera de ser es muy danesa. Sólo basta recordar que mientras los ingleses exportaron los hooligans, la cara violenta de los aficionados al fútbol, los daneses hicieron famosos los rooligans, hinchas ruidosos pero simpáticos y nada violentos. Ahora parece que el futuro de Laudrup está llamado a mayores empresas, una vez tocado por la varita mágica de Torres, pero me da que no acabará de momento en Dinamarca.