El mayor patrimonio de los madridistas es la memoria. No olvido lo que hizo este gaucho argentino de 19 añitos por este club en la irrepetible Liga del Clavo Ardiendo. El personal debe recuperar las imágenes de ese Higuaín enrabietado robándole al blanquiazul Chica un balón imposible para fabricar, junto a Reyes, el gol del éxtasis ante el Espanyol (4-3). Tampoco conviene guardar en el baúl de los recuerdos su memorable galopada en Huelva, que terminó contando con aliados ilustres como Beckham y Roberto Carlos para firmar el gol que hizo creer a toda la España blanca que esa Liga acabaría en Cibeles. Y es preciso rememorar aquel giro con el exterior del pie ante el Mallorca que antecedió a un magnífico pase de la muerte del 'Pipita' a Reyes que forzó el empate y abrió la luz de la inolvidable trigésima Liga...

Ya sé que eso es historia porque en el Madrid la grandeza hay que regarla día a día sin dormirse en los laureles. Higuaín no ha sido el mismo este año y apenas ha cantado gol. Schuster no le ha tenido fe y tampoco el chaval se ha ganado la titularidad con sus irregulares apariciones. Pero no me negarán que Higuaín tiene algo. Que está siempre en la boca del gol, da la cara, busca el cuerpo a cuerpo con el enemigo y jamás ha escondido la pierna. Sólo le falta coger confianza, meter dos goles ante un Bernabéu lleno y sacar esa raza de campeón que sé que corre por sus venas. ¿Y por qué no éste domingo ante el Sevilla...?