Derecho a la aristocracia del fútbol

Derecho a la aristocracia del fútbol

ACorona la madurez le ha llegado en Almería. Tal vez porque salió del Madrid demasiado pronto, tal vez porque aterrizó en Zaragoza sin estar en perfecto estado de cocción. Tal vez porque las expectativas se desbordan con estos hijos de clubes grandes obligados a ser estrellas en outsiders repletos de tradición como el Zaragoza. En Almería su historia ha cambiado, especialmente por lo bien que cosió el sistema de Emery desde el principio. También porque ha aprendido a jugar sin presionarse, a ser simplemente Corona y no mucho más.

Corona cayó en una ciudad perfecta para él, Almería, que aplaude su talento y respeta faenas más mediocres. Así se ha expresado más como futbolista. Ya integrado, ha penetrado en el tejido social del club. Vive en pleno centro de la ciudad, es uno de los ojitos derechos de las peñas. Sus valores humanos son admirados y, en el campo, después de un primer tramo de temporada de puja con Soriano por la titularidad, es indiscutible. Conduce el balón como los ángeles, asiste bien, y su zancada ha ganado personalidad con el paso del tiempo. Cuentan que varios clubes se han asomado a su puerta en las últimas fechas, pero de momento parece difícil que lo saquen de un hábitat en el que es muy feliz. Además, tiene una carrera que acabar. Estudia Derecho. Derecho a la aristocracia del fútbol.