En ocasiones, se hace casi irrespirable el ambiente de presión que recae sobre los centrales del Betis y resulta muy injusto achacar todos los malos resultados a la defensa y los buenos exclusivamente a la línea atacante. Es demagógico concluir que los que están salvando al equipo son únicamente los Edu, Pavone y pocos más. Ni mucho menos. Existe un trabajo más laborioso y este comienza desde atrás. A Melli se le está dando la oportunidad este año, por primera vez en su carrera, de jugar donde se encuentra más cómodo, donde mejor puede rendir.

Uno se resiste a pensar que un internacional en todas las categorías inferiores de la Selección no tenga sitio en el equipo, que sólo las lesiones del resto de centrales ha propiciado su continuidad. Melli es de esos jugadores perjudicados por el concepto erróneo que algunos (muy pocos) tienen de los canteranos, sin caer en que fueron estos mismos, con su trabajo, los artífices de los últimos y aún recientes éxitos de este equipo. Sin ir más lejos, los logros del 2005 se consiguieron con tres brasileños... y ocho canteranos. En un fútbol español inundado de mediocridad y mal hacer, quizás el central de toque no esté demasiado bien visto. Pero Melli lucha contra todo esto y más. Y sin complejos.