Juega Guti y los otros sólo miran

Hago abstracción de la jugada que le costó la derrota el Madrid. Tamaño atropello merecería una columna entera y que Schuster los castigara como cuando éramos niños en el cole. Por torpes y despistados. Pero resultan más preocupantes el resto de minutos. De principio a fin el Madrid cometió errores del pasado que se resumen en uno: creer que la camiseta blanca, por sí sola, gana partidos. Tampoco el talento de Guti puede sostener a un equipo. Ayer el centrocampista estuvo entonado, todo lo contrario de los que le rodeaban. Salvo los desmarques de Robben por banda, el resto, nada de nada.

Siete de los nueve puntos de ventaja que acumulaba sobre el Barça en el último mes han volado por pensar que el trabajo estaba hecho, por dejar de correr tanto como el rival y por esperar que el compañero te la dé al pie. En esta Liga si no muerdes en cada partido, de poco sirven las excelencias de Guti en el pase. Además, y eso se percibía cuando el equipo mandaba fácil en el campeonato, sigue existiendo falta de creatividad en la medular, mucho virguero arriba para poca producción detrás. Así las cosas, las dos últimas derrotas han llegado con tres de tiros a puerta del contrario.