Joaquín Caparrós goza de la total confianza de la junta directiva. No es un tópico ante el hecho de que tenga dos años más de contrato, sino una realidad. Salvo improbable hecatombe deportiva, García Macua va a confiar en el utrerano su segundo proyecto deportivo en el club. De entrada, le extendió un contrato hasta 2010. Caparrós tiene tres meses para modelar a su gusto la plantilla de la próxima temporada. Eso sí, debe ser el Athletic quien pase por el colador esa información y decida fichar, traspasar e incluso apostar por mantener a algún futbolista en el club que no haya tenido oportunidades con el andaluz.

Se criticó mucho en su día el fichaje de un director deportivo, más que nada por el sueldo que percibía. Zubizarreta hizo cosas bien y cosas mal, tenía más o menos experiencia en negociaciones, pero marcó un criterio determinado que quizás falte en el Athletic. No sé quién debe ser el profesional con capacidad para examinar si las ideas de Caparrós merecen la pena. Digo profesional porque los directivos quizás carezcan de la perspectiva y datos necesarios para tomar ciertas decisiones.