El Atleti vive un lujo: viaja a Inglaterra
Inglaterra no es el inventor del fútbol: es el fútbol. Y los demás jugamos de prestado, seguramente mejor en muchos casos, pero la pelota es suya. Si nos ceñimos a la competición pura, miramos al Calcio y, si queremos arte, señalamos a nuestra Liga, pero la historia, la mística, lo intangible que lo es todo, es británica. Por eso, cuando el Atleti salte el jueves al campo será su verdadero regreso a Europa. Y este Bolton proletario, orgulloso e histórico es un magnífico oponente. Porque en los tiempos de la globalización de la Premier, del United metrosexual de Cristiano Ronaldo, el Chelski de Abramovich, el afrancesado Arsenal de Wenger y el Spanish Liverpool de Torres y Benítez, el Bolton es pura tradición. ¿Qué se puede esperar de un equipo que se llama los vagabundos (Wanderers) y cuyo apodo es los trotones (Trotters)? Pues eso, fútbol directo, garra, presión y mayoría inglesa en la plantilla. Igual hoy que hace 133 años.
Habrá quien le mire y se ría, le vea prehistórico y pasado de moda. No seré yo. Lo que yo veo es al primer equipo que ganó un partido en Wembley. Fue su primer título de Copa, en la mítica Final del Caballo Blanco de 1928, cuando las cerca de 300.000 personas que abarrotaron el estadio obligaron a la Policía Montada a desalojar el terreno de juego. Veo al digno perdedor de la final de 1953, la de Stanley Matthews, cuando el mago casi cuarentón guió a su Blackpool hasta remontar un 1-3. Veo una afición que lleva las heridas del desastre de Burnden Park, 33 víctimas en el 46. Veo al club que se levantó del fango de la Cuarta División y recuperó su sitio entre los grandes. Veo, en definitiva, fútbol puro. Un lujo para el Atleti.