Raúl no necesita reivindicarse

Desde hace algunos meses el entorno de Raúl mueve los hilos para reivindicar su trayectoria. Error. Su historial está tan vivo que cada domingo supera un nuevo récord. La ansiedad por estar en la Selección le ha perjudicado notablemente en las últimas jornadas. Toda manifestación que no resulte espontánea acaba deteriorando la imagen del capitán del Real Madrid. Él no habla pero lo hacen otros en su nombre y eso, al final, no le viene nada bien. En medio de tanto debate llegó la noticia de su renovación vitalicia. Eso sí le ha dado tranquilidad, más cuando el pasado año se cuestionó su futuro en el club. Ayer devolvió el gesto al palco con dos goles. Fue como una aceptación simbólica del compromiso con esa camiseta. Calderón debería hacer oficial la noticia cuanto antes. Así, sus asesores podrían descansar tranquilos por un tiempo.

Ahora debería dosificar los esfuerzos. Ya hemos dicho que el delantero puede representar a un jugador de 34 años pese a los 30 que tiene, sobre todo por su precocidad en el debut. El aplauso del Bernabéu lo tiene igualmente sin carreras estériles. El respeto de los compañeros se lo ganó hace tiempo y ahora toca dejar una buena semilla en el vestuario, algo que no siempre ha ocurrido en el Madrid. Para conseguirlo, nada mejor que seguir alejado de la polémica marcando goles. Cualquier gesto que antes pasaba inadvertido, ahora se mira con lupa. Igual por eso ayer rebajó el grado de euforia en las celebraciones. Precisamente ahora es cuando el fútbol le permite sonreír y disfrutar con cada jugada. Tiene que jugar para él, para sus hijos, por aquello de la celebración señalándose el dorsal, que sigue quedando fea, pero también para el club. La humildad le hará más grande.