Lorenzo resucita al mejor Rossi
Rossi lleva dos años sin ganar el Mundial y durante este tiempo hemos buscado sin suerte una explicación a este inesperado declive del que casi todos coincidimos en señalar como el mejor piloto de todos los tiempos. Estas han sido algunas de las coartadas que han rondado por nuestras cabezas intentando justificar los dos títulos malogrados: pérdida de objetivos cuando se creyó que podía ser piloto de F-1; falta de ilusión tras haberlo ganado todo; absoluta incapacidad de los ingenieros de Yamaha para desarrollar una buena moto; una vejez prematura; cansancio psicológico; abatimiento total tras dejarle su novia; el gafe de algún patrocinador; zozobra financiera tras pillarle con el carrito del helado el fisco de su pa deficiencias gravísimas de los neumáticos Michelin, etc.
Con Rossi siempre hemos parido las mejores excusas para disculpar los peores fracasos, yo el primero, y posiblemente haya algo de verdad en cada uno de ellos pero, después de ver los tiempos de Rossi en Sepang, con un Jorge Lorenzo achuchándole de lo lindo desde su propio box, apunto a Yamaha y a Rossi como únicos culpables del descalabro de 2006 y 2007 al haber concebido un equipo paticojo, con un segundo piloto sometido y sin la calidad suficiente para presionar y exigir mucho más al primero. Quién le iba a decir al gran Valentino que ni Brigestone ni nada, que lo único que necesitaba era sentir el aliento de un mallorquín al que en Italia llaman 'Giorgio' para volver a volar como en los mejores tiempos.