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Pasará a la historia del Cádiz

Cuando me despedía de Armando recordaba que, salvando las distancias, nuestras vidas guardan cierto paralelismo. El de Sopelana nace un 16 de enero, Capricornio por tanto, y yo un 17. Somos del mismo signo del horóscopo y cabezones a la hora de conseguir los objetivos. Tanto él como yo tuvimos el mísmo ídolo. Para ambos Iribar ha sido el mejor portero que pasó por nuestro fútbol y el Athetic el equipo que más simpatizantes despertaba en la década de los '60. Para Armando jugar en San Mamés era un sueño que se hace realidad a partir de hoy. Yo soñé con retransmitir en la Catedral, y afortunadamente lo hice en múltiples ocasiones, incluso cuando el Cádiz eliminó nada menos que en la Copa al conjunto bilbaíno, con golazo de Indio Vázquez. Como Armando, tengo admiración por el Athletic, club que con Borja Bilbao, hoy trabaja en la UEFA al frente de las relaciones institucionales, me envió un fax de condolencia el día en que falleció mi padre.

Armando siempre estuvo a las verdes y a las maduras. Dio la cara en momentos complicados y estuvo al lado de los compañeros. Hasta el ultimo instante soportó con caballerosidad una suplencia que no siempre estuvo justificada. Le deseo lo mejor, y algún día, esté donde esté, le pagaré con agrado ese café al que me invitó por descuido un día en los aledaños de Mendizorroza. Armando ha sido al único futbolista al que en 30años de profesión le acepté una invitación. Buena suerte.