'O Rei' ya no necesita 'camisinhas'

'O Rei' ya no necesita 'camisinhas'

Observen las importantes diferencias entre el ruidoso cumpleaños que celebró Ronaldo al poco de llegar al Real Madrid en su casa de La Moraleja y el fantástico guateque que ayer le organizó AS al futuro Balón de Oro del año 2008. Robinho me recuerda cada vez más a Raúl. Sin que nadie se me ofenda. Los dos disfrutaron de la vida y de su precoz éxito en el fútbol a una velocidad de vértigo. Hasta el punto de hacer peligrar sus carreras. Pero Raúl supo rectificar a tiempo hasta el extremo de asegurarse pasar a la historia del mejor club del siglo XX y XXI y Robinho ha adoptado el mismo camino. Ahora tiene un bebé que le espera en casa y que le dará la mejor de sus sonrisas. Un entrenador que en vez de palo (lo que hizo Capello con él) le da zanahoria. Schuster le ha entendido como nadie.

Robinho fue feliz en una fiesta sencilla, rodeado de amigos, vikingos, indios y triunfitos que quisieron demostrarle la pasión que sienten por su magia con el balón. No necesita camisinhas en este Madrid que juega a pecho descubierto, con luz y taquígrafos. No hay nada que esconder. El estado de felicidad del líder se refleja en esta fiesta de cumpleaños. Que nadie busque segundas lecturas. A las diez de la noche Robinho ya estaba durmiendo. Y el domingo le meterá dos goles al Villarreal. ¡Felicidades Robinho!