Se equivocó Raúl: no es un grande
Decepción total. Pablo convirtió el derbi en el Tourmalet. Y el Atlético cogió la pájara cuando sólo iban 31 segundos. Muy poco tiempo para que te hagan saltar las ilusiones por los aires. Eso fue lo que ocurrió. El verdugo, como tantas veces, Raúl, que fue atlético y tiene una facilidad especial para hacer agujeros en la camiseta rojiblanca. Precisamente el depredador Raúl se había vestido de cordero en la víspera para decirnos eso de que el Atlético ya es uno de los grandes. El derbi demostró que no es verdad.
Este Atlético del derbi fue un equipo menor, que se agotó en el primer tiempo después de tres paradones de Casillas y dos palos. Esas oportunidades falladas fueron la señal para bajar los brazos. Contra esto no podemos, parecieron decir con su actitud en el segundo tiempo los jugadores de Aguirre. No tuvieron fe ni juego para reaccionar cuando tenían 45 minutos por delante. Del naufragio se puede salvar al Kun Agüero, que fue un genio solitario sin fortuna, y un poco a Motta y a Raúl García. Pero se esperaba a muchos otros que no comparecieron, como el capitán Maxi, que se supone debe ponerle la garra a este equipo. Era el día para dar un paso al frente y el Atlético, víctima de sus fantasmas, se arrugó y ni siquiera supo caer como un grande.