Toca cambio de ciclo en el derbi

Es el penúltimo reto: el Madrid. La racha dura demasiado y ya toca que cambie el ciclo. El Calderón no ha sido un fortín para el Atlético en los derbis. Los números cantan. Demasiadas victorias del eterno enemigo. Y en los últimos años, una supremacía abrumadora. Y desde la vuelta del equipo de Segunda, ni una sola victoria rojiblanca. Eso significa que el Atlético todavía no ha recuperado los galones que tuvo. Por historia, por masa social y por títulos, el Atlético fue durante muchos años el tercer equipo de España. Pero en los últimos diez, desde su gran caída a Segunda, el Atlético no ha sido capaz de recuperar su grandeza y el puesto que le correspondía en el fútbol español. Los derbis se desequilibraron irremediablemente hacia el lado madridista.

Esta temporada, por fin, se han encendido las luces de la esperanza. Todavía no es el gran Atlético de otras épocas, pero el equipo tiene buena pinta, se ha situado entre los mejores y, después de mucho tiempo, mira a la parte alta de la clasificación. Es un equipo joven y ambicioso, con raza, con un futbolista como el Kun Agüero con un futuro excepcional, pero al equipo le falta derribar la leyenda del malditismo, que Sabina elevó de categoría con su himno a la derrota. Hoy se debe acabar la travesía del desierto. Una victoria en el derbi no sería una más. Sería una victoria sobre los fantasmas del pasado y sobre el victimismo. El Atlético necesita demostrar ante su eterno enemigo que es cierto lo que decía Raúl: que vuelve a ser un grande. Yo sí creo que ya toca.