Perea ha recuperado su nivel
Fue la sensación, junto a Pablo, temporadas atrás. Hasta el punto de convertirse en una de las parejas de centrales más cotizadas y no solo en nuestra Liga. Su poderío físico y la endiablada velocidad con la que practicaba la anticipación a las delanteras rivales, fueron sus principales armas para hacerse indispensable en cualquier once que dispusiera el entrenador de turno. Como a Pablo, craso error el suyo el de pretender irse al Real Madrid, le llovieron las ofertas, principalmente del fútbol italiano, que inteligentemente desechó confiando en los colores que vestía. Hasta aquí una trayectoria impoluta que misteriosamente se torció.
Su declive se sucedió en paralelo con su inseparable Pablo. Con su inexplicable pérdida de forma, toda la zaga se fue al traste. Pésimo fue el pasado año y así empezaron la presente temporada. Habitualmente despistados, descolocados, lentos y torpes, muy torpes con el balón en los pies, eran un lastre que este renovado equipo, con tanto potencial arriba, no podía permitirse. No era lógico que perdiéramos o empatáramos encuentros metiendo tres goles, como ha pasado. Afortunadamente, imagino que las indicaciones del técnico, y la propia reflexión individual y colectiva de ellos mismos, ha permitido a nuestra defensa recuperar la solidez de antaño.
Valera hace que no nos acordemos de Seitaridis, con Perea y Antonio López, la banda derecha esta cubierta y Zé Castro y Eller, ambos francamente bien ante el Valladolid en Copa, han demostrado que están en condiciones de suplir a Pablo y Perea, que ha recuperado su nivel, sin que la defensa pierda consistencia.