NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

La Premier y su 'rica' carnicería

El fútbol no es un negocio para monjitas de la caridad, mucho menos en la Premier League, inglesa donde lo que impera es un capitalismo no sólo salvaje, sino que tonto también. Prueba de ello la da Sam Allardyce, el octavo entrenador de la Premier que se ha visto obligado a abandonar su cargo en los apenas cuatro meses que van de temporada. En parte tiene que ver con las enormes cantidades de dinero en juego, en parte con pura estupidez. Ante la impaciencia por conseguir buenos resultados ya, hoy, los clubes no se permiten lo que consideran el lujo de darle dos minutos a un entrenador para ver si es capaz de sacar a su equipo de un bache. En la Premier demasiados clubes se comportan como señoras nuevas ricas que se compran un par de zapatos nuevos cada día. Lo curioso es que no aprenden de la experiencia de los dos clubes menos nuevos ricos de Inglaterra, el Manchester United y el Arsenal, cuyo éxito se basa en haber aguantado, precisamente, los baches iniciales que sufrieron sus entrenadores, Alex Ferguson y Arsene Wenger.

Más curioso aún es el hecho de que a lo que todos aspiran es a ser como estos dos, pero en su desesperación de dar con el geniecito de botella que les proporcione éxitos inmediatos, de la noche a la mañana, insisten e insisten en cambiar de entrenador como creyendo que por magia, o por la ley de la probabilidad, uno aparecerá. Los tontos más perdidos son los dueños del Newcastle United, el club que acaba de despedir a Allardyce. Ya van siete entrenadores en diez años. ¡Casi tantos como el Real Madrid!