El espíritu del Dakar es inmortal
El viernes fue uno de esos días que los amantes del motor y la aventura difícilmente olvidaremos: el Dakar era suspendido por las amenazas de Al Qaeda. Es una obviedad comentarles lo que pienso de ésta o cualquier otra organización criminal. Me sentí tan derrotado que mi primera reacción fue la de coger algunos de los libros que tengo sobre el rally, para ojearlos con la melancolía de aquél que sabe que nunca más volverá a ver imágenes como esas. Pero entre mis manos tenía algo más que un montón de papeles con recuerdos, también tenía al espíritu de Thierry Sabine, el hombre que vivió y murió por este rally y que, si estuviera vivo, seguro que hoy mismo nos habría anunciado una aventura similar en cualquier otro lugar del mundo.
El Dakar debe ser una competición entre hombres", decía. Este rally no iba a ser eterno, como tampoco lo fueron el Ciudad del Cabo-Argel o el Niza-Abidján. Antes o después estas pruebas sucumben por las torpezas de unos u otros, pero con lo que nadie puede ni podrá es con el espíritu de los participantes ni con el alma de un deportista. En 1986, 'L' Equipe' publicó un magnífico epitafio tras la muerte de Sabine que decía: "Puedes estar tranquilo, Thierry, la aventura continuará como tú deseabas". Y así ha sido y será porque Al Qaeda ha fulminado la prueba pero no el espíritu inmortal del Dakar.