Van the Man, el hombre clave
Los éxitos del Real Madrid de Ramón Calderón se deben a muchos factores. Al renacer de Robinho y de Raúl, a la fuerza física y moral de Sergio Ramos, al genio de Iker Casillas, e incluso a la influencia de Fabio Capello, por doloroso que sea reconocerlo. Pero si tuviésemos que elegir a un personaje, si lo que buscamos es la clave del campeonato de la temporada pasada, si el objetivo es identificar al hombre imprescindible en el equipo, sólo hay una posible opción: Ruud Van Nistelrooy. Todos los demás jugadores e integrantes del equipo técnico han aportado sus granos de arena y algo más, pero si alguien no hubiese tenido la idea de fichar a Van the Man, tras la delirante decisión de Alex Ferguson de prescindir de él hace año y medio, el Real Madrid no hubiera ganado la Liga del 2006/07. Así de claro.
Ha habido tantos fichajes extraños desde la llegada del holandés al Bernabéu, pero el suyo, por la irrisoria cantidad de 15 millones de euros, ha resultado ser uno de los grandes aciertos de la historia del fútbol español. Lo curioso de Van Nistelrooy es que a primera vista podría ser un jugador de la Segunda División holandesa. O un electricista que juega al fútbol los fines de semana. No es, definitivamente, un bailarín, como Zidane; no es una flecha, como Messi; no es un toro, como Ronaldo; no es elegante, como Beckham. De arte, nada. Pero es, sencillamente, una máquina de hacer goles. Eficiencia pura. Garantía de títulos.