Borbalán se cargó el partido
Fernández Borbalán se cargó el partido y al Atlético. Decidió expulsar al Kun a la media hora porque se revolvió ante un agarrón continuado de Torrejón. Fue injusto. Con una amarilla habría sido suficiente. No había para más, sobre todo si se tiene en cuenta que el Kun Agüero sufre una persecución permanente por los defensas. Se ha institucionalizado que para que no se dé la vuelta hay que agarrarle. Y al Kun le sujetan descaradamente ante la complacencia general de los árbitros españoles. Y si se cansa de los agarrones, ya lo ven, roja y a la calle. Pero es que este Borbalán en la primera media hora de partido ya se había tragado una mano clamorosa de Raúl García y un posible penalti a Tamudo, y después también expulsó injustamente a Pernía para rematar la faena y acabar definitivamente con el Atlético.
Con esto no quiero quitarle méritos al Espanyol, que jugó mucho mejor que el Atlético cuando los dos estaban con once, y que fue superior en todas las situaciones. Este Espanyol de Valverde no necesitaba ni a Borbalán ni a nadie para llevarse los tres puntos del Calderón. Pero todos hubiéramos preferido que el partido no hubiera sido falseado por un mal árbitro. El segundo tiempo fue una agonía continua del Atlético, que sorprendentemente se había adelantado en el marcador con un golazo de Simao. Pero el partido tenía que caer como fruta madura de lado del Espanyol. Y así fue. Lástima que Borbalán nos privase del espectáculo.