Cuando se lleva mal ser suplente
Igual es que no se creían que llevaban el uniforme del Madrid. Parecía que estaba jugando Alemania. El frío y unas gradas semivacías tampoco ayudaban. Pero chocaba la indolencia de estrellas consagradas. Guti era el más observado. Tras perder la titularidad, lo de jugar ayer sonaba a otro castigo. No fue de los peores en actitud pero se nota que ha perdido la ilusión. Y es una pena. Guti necesita estar motivado, protegido, sentirse querido, para explotar su potencial. Ayer no era el marco para lucirse y por eso se echó en falta un ramalazo de casta para dar la vuelta a una situación cada vez más complicada para el canterano.
Pese a todo, suyos fueron los detalles de calidad y suyos los pases que lograron generar peligro ante un rival inferior que no desmereció. Discutible reclamar la titularidad de Guti cuando Schuster ha obrado con justicia. A cambio de sacrificarle por Baptista, ha ganado crédito en el vestuario con los que no suelen juegan. Otra cosa es que haya servido de poco. Drenthe, Robben, Saviola o Higuaín no han captado el mensaje. Es más, observando su juego ayer uno diría que hasta se han acomodado a su situación de segundones. Y ahí tiene un problema el alemán. Llegarán lesiones, bajas formas o expulsiones y entonces comprobará que en el banquillo, salvo Guti, tiene poco que rascar.