Manolete, aprende del Aberdeen

Manolete, aprende del Aberdeen

Lo bueno de pertenecer a la religión blanca es que tras un palo como el de Bremen, llega un equipo con solera y tradición que se rinde a la historia del Más Grande: el Real Madrid. El Aberdeen escocés rendía ayer visita al Vicente Calderón para su cita en la Copa de la UEFA, pero a sus jugadores, técnicos y directivos les traía al pairo el partido que se iba a jugar por la noche bajo el frío húmedo del río. Todos compartían un sueño: conocer la Sala de Trofeos del Bernabéu. Madrugaron y llegaron en tropel, giraron el cuello nada más pisar el santuario mundial del fútbol y durante una hora se olvidaron hasta de sus inseparables cervezas. Me dicen que al entrar en la zona del Santo Grial Madridista (las vitrinas donde reposan las 9 Copas de Europa, las 3 Intercontinentales y el Trofeo al Mejor Club del Siglo XX) las expresiones caninas tipo "Guauuu" y las más manidas como "Wonderful" no se despegaron de sus anonadadas bocas.

Alguno preguntó si por la noche iban a jugar en el estadio del presidente del Madrid, porque sólo les sonaba lo de Calderón por la identidad del actual Jefe Blanco. Incluido el entrenador del Aberdeen, posible tocayo de Ramón: Calderwood. Del Atleti sabían poco. Que una vez perdió una final de la Copa de Europa en el último segundo y que sus campañas publicitarias son lo único en lo que ganan a su admirado Madrid. De hecho, me dicen que la expedición escocesa se llevó un susto al ver al Mono Burgos salir de una alcantarilla frente al coliseo de La Castellana. Yo les consolé. "Sólo es ficción, friends". La verdad está en el Bernabéu...