Cuando Alonso consiguió la libertad de McLaren parecía que iba a ser cuestión de días conocer al nuevo compañero de Hamilton, pero han pasado tres semanas y ese nombre empieza a ser tan enigmático como el destino de Fernando. El preferido de Dennis es el alemán Adrian Sutil y el de Hamilton, Nico Rosberg, y curiosamente los dos se han negado a compartir box con el inglés. La negativa de Sutil, piloto de Force India, es comparable a que Viqueira (jugador del Levante) le diera calabazas al Barcelona y la de Rosberg es como si Yeste (Athletic) se negara a ir al Madrid.

Que suceda esto puede parecer inconcebible, pero hay una explicación sencilla: nadie del paddock está dispuesto a sufrir las tropelías del tándem Dennis-Hamilton y su peculiar idea de administrar un equipo, en base a conceptos tan singulares como el patriotismo y el nepotismo por encima de cualquier otro técnico o deportivo. Y es que ese patriotismo decrépito de Dennis ahuyenta a gente como Sutil y Rosberg, que aspiran a bastante más que a lograr que un británico gane el Mundial con un equipo y jefe de la misma nacionalidad; circunstancia idéntica pero en versión alemana que la de BMW con Heidfeld (pobre Kubica) y que alejó a Alonso de la marca bávara. Allá ellos, pero creo que esta apuesta patriotera va a chirriar por todos lados.