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Elegir un once es poco científico pero aquí va el mío...

El Real Madrid ha cumplido 105 años de historia y resulta complicado elegir un once ideal porque toda elección significa renuncia. Además, los futbolistas recientes salen beneficiados en la memoria de los actuales aficionados y las tácticas han cambiado. De los dos defensas frente a cinco delanteros hemos pasado a un delantero acompañado por un mediapunta y numerosos centrocampistas y hombres de retaguardia. Toda valoración se reduce a aplicar criterios personales en función de la cultura futbolística de cada quien. Es un juego bonito pero poco científico. Allá vamos.

No vi jugar a Zamora, pero ninguno, ni siquiera el formidable Casillas, ha tenido el mismo reconocimiento internacional que tuvo El Divino. La defensa la formaremos con cuatro hombres. A pesar de Lesmes, Camacho y Gordillo, la banda izquierda se la adjudico a Roberto Carlos. En el centro me decido por Hierro y Quincoces, proclamado por la prensa internacional el mejor defensa del Mundial 1934, y no me olvido de Santamaría. Para la derecha existe más igualdad. Recuerdo a Gabriel Alonso, al Fifo Navarro y una lista que acaba en Sergio Ramos. Al final me decido por Camacho, que supo desenvolverse con acierto en este lado. El mediocampo lo reduciré a dos que conjuguen técnica y trabajo. ¿Del Sol? ¿Didí? ¿Schuster? ¿Redondo? Han existido hombres de mayor eficacia y me quedo con Pirri y Stielike. ¿Se hubiera adaptado Luis Regueiro a las funciones actuales de centrocampista? Calidad e inteligencia no le faltaban, pero...

Arriba es donde han existido más estrellas y les reservo cuatro plazas. ¡Qué difícil! Bueno, no tanto, porque Di Stéfano, Puskas y Gento no tienen rivales. Sólo me queda la elección del extremo diestro. Me decido por Amancio. Ha sido uno de los pocos cracks auténticos del fútbol español y aunque no fuese su puesto preferido, lo supo desempeñar magníficamente.