¿El problema era Torres o eran ellos?
Bueno, pues parece ser que el problema del Atleti era Fernando Torres. Normal. El insensato sentía los colores, daba siempre la cara y resolvía la papeleta día sí, día también. Y, claro, así no se puede. Menos mal que se ha ido y ahora vamos a ganarlo todo. Sí, definitivamente la marcha del Niño a ese club menor llamado Liverpool (donde, por cierto, está fracasando estrepitosamente) bastaba para solucionar todas nuestras desdichas. Lo demás son anécdotas. Vale, también se ha cambiado a Gabi por Raúl García, a Galletti por Simao, a Petrov por Reyes, a Pichu por Abbiati y a Víctor Bravo por Luis García, pero ¿sube tanto el nivel del equipo por tan ligeros retoques? Qué va, son lo mismito. Ah, y Maniche distingue al fin el día de la noche y Agüero ha dejado la adolescencia. Pero fijo que era el Niño quien pagaba copas al uno y donuts al otro. Demonio de tío.
Sí, el problema era Torres. Los demás se escondían tras su espalda porque el malvado Niño les obligaba a punta de pistola, no porque la presión les devorase y la comodidad les sedujese. Ja. Basta ya de excusas. Este Atleti (que por cierto es sexto y no líder) es mejor porque su plantilla es escandalosamente superior a las de las últimas cinco Ligas. Y si en vez de Forlán estuviese Torres sus aspiraciones de entrar en la Champions y ganar una de las dos Copas serían igual de legítimas (o más). Es cierto que el Kun combina mejor con Forlán, pero lo demás es oportunista. Y que lo digan ex compañeros a los que la rojiblanca les quedó siempre grande, resulta lamentable. Retocar el pasado llevados por la emotividad es humano. Hacerlo para autojustificarse es patético. En fin, les dejo que voy a decirle a mi ex que aquella tontería que hice fue culpa de Torres. Parece que funciona. Qué jeta.