El factor Jonny Wilkinson
Cuatro años después de la semifinal celebrada en el Mundial de Sydney en 2003, Francia e Inglaterra volverán a jugar el mismo partido de semifinales. Bernard Laporte y Brian Ashton repiten el mismo 15 inicial. Francia jugará a patear a campo contrario y pásame por encima si puedes. Le salió bien contra los All Blacks y por primera vez Laporte no añade más confusión entre sus jugadores. Consiguió el antídoto para ganar a Nueva Zelanda, pero ahora vencer a Inglaterra es incluso más difícil. Francia cuenta con dos inconvenientes. Número uno: los ingleses han visto el partido de Cardiff como unas cien veces e intentarán no cometer los errores en los que cayeron los neozelandeses. Si no me dejas pasar, ahí va un drop centradito. Número dos: Jonny Wilkinson, el mejor pateador del torneo.
La efectividad de Wilko a palos en los últimos tres partidos de este Mundial es para asustar. Ante Samoa consiguió 24 puntos (dos drops). Frente a Tonga 16 (dos drops). Y contra Australia 12 puntos. Wilkinson está en forma y no sólo es por los puntos que consigue, sino también por la influencia que ejerce sobre su equipo y el respeto que infunde sobre el contrario. Además, fue el verdugo de los franceses en aquella semifinal de 2003 cuando marcó los 24 puntos de Inglaterra, con cuatro golpes de castigo y tres drops. El equipo de Bernard Laporte supo ganar a los All Blacks, pero ahora entra en juego el factor Wilkinson.