NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Un eslabón entre Guti y Sneijder

Si Calderón me preguntara sobre refuerzos, empezaríamos hablando de extremos diestros. Pero como para hablar de estas cosas, lógicamente, prefiere a Schuster, está obligado a comprar en invierno el futbolista que al alemán le quedó pendiente en verano y que no existe en la plantilla: un mediocentro llegador que ofrezca dividendos goleadores. Entre diez y quince al año. Lo que dieron Irureta en los setenta o Julen Guerrero en los noventa, que venían a ser la segunda oleada del bombardeo. El doble pivote se ha comido a jugadores de ese corte. El que quita no llega porque no puede o porque el entrenador no le deja. Y el mediapunta llega pero no quita la suficiente.

Schuster, en cambio, cree que ese todocampista existe y lo resume en Ballack o Lampard. Del primero dejan dudas su tobillo y su representante. Así que el Madrid dispara sobre el segundo, que lleva lesionado desde el 25 de agosto pero que podría volver esta misma semana. Lampard viene a ser el eslabón entre Guti y Sneijder. Anota más que el primero (un gol cada cuatro partidos el inglés, poco más de uno cada diez el madrileño, dice el historial) y recupera más que el segundo. Vale, pues, como relevo de ambos. Sería otra solución por dentro, aunque el equipo sufre más por fuera, donde los mediapuntas no rompen a extremos.

Lampard tiene el plus de que le obsesiona jugar en la Liga. No está a gusto en el Chelsea, su mujer es española, recibe clases de castellano y dice que desea una educación bilingüe para sus hijos. No consta, pero probablemente le encanten la paella, el cocido, el Museo del Prado y la siesta. De otros, por mucho menos, dijo Florentino que habían nacido para jugar en el Madrid.