Dida: Atleta de Cristo y actor
Servir de ejemplo a los niños, respetar a los rivales, mostrar buena conducta en la derrota... Son algunos de los principios por los que se conducen los Atletas de Cristo entre los que se cuenta nuestro protagonista de hoy: Dida. El portero del Milán no sólo se enfrenta a una dura sanción de la UEFA, sino que también debe de estar preocupado con la que le pueda caer de su propia congregación visto que no ha respetado ni uno sólo de sus mandamientos. Como mal menor la penitencia será de aúpa.
Pero el Milán también tiene su responsabilidad porque ha dejado que el problema se enquiste. El pasado verano tuvo fichado a Buffon, pero en el último minuto y en un rasgo que recordó mucho a los principios del Madrid galáctico, Berlusconi dijo que no había que gastarse 30 millones en un portero. Y eso permitió la continuidad de Dida, sin duda el punto más débil del vigente Campeón de Europa. Casi nadie cree en el portero brasileño, pero es lo que hay. Kalac, su suplente, tampoco es uno de los mejores del mundo, y a Fiori, el tercer guardameta, aún no hay bemoles para meterlo. Mientras tanto, sufre la afición que aguanta la respiración cada vez que los rivales superan la barrera de los Nesta y compañía.