Y Pereiro se vistió, por fin, con el maillot amarillo que le acredita como legítimo ganador del Tour 2006. Desde que Armstrong se retirara, España manda en el Tour. Podio oficial de 2006: Pereiro, Klöden y Sastre; podio de 2007: Contador, Evans y Leipheimer. Tres españoles, un australiano, un alemán y un estadounidense. Es curioso: en estos dos años ningún corredor ha repetido podio. Y si le añadimos el de 2005 con Armstrong, Basso y Ullrich, pues tampoco. Este hecho se puede considerar excepcional, pues hacía 50 años que no subían al podio nueve corredores distintos en tres ediciones seguidas. Supongo que algo tendrá que ver en esto la limpieza que se está haciendo en el ciclismo y la tolerancia cero francesa.

Porque también es significativo que el último ganador francés del Tour,

Hinault, lo fuera hace 22 años. O que este año al primer francés clasificado, Gaubert, lo encontremos en el puesto 27º, a más de una hora de Contador. El ciclismo ha establecido un nuevo orden, del que el ciclismo español está saliendo muy favorecido. Sin ir más lejos, ese maillot amarillo que hoy Pereiro viste en nuestras páginas se debe a la descalificación de Landis por su positivo, mientras Contador debe en gran parte su victoria de este verano a la sorprendente retirada de Rasmussen, de quien ahora hemos sabido que corría con una EPO de difícil detección. Este aire fresco que llega al ciclismo es una gran noticia y nos sitúa, además, a la cabeza del Tour.