La cruzada de Lotito, el presidente

El Lazio ha crecido con la lacra de los ultras, en este caso vinculados a la extrema derecha. En tiempos recientes, con el presidente Cragnotti como máximo accionista del club, los cachorros radicales camparon a sus anchas por el estadio Olímpico donde disponían de entradas gratis y algunas ventajas para la venta de los productos oficiales del club. Fue la etapa en la que Di Canio no tenía problema en conectarse con las gradas con el saludo fascio.

Pero con la llegada del nuevo dueño, Lotito, algo ha cambiado en el Lazio, el club que tradicionalmente ha representado a la clase alta de la ciudad, que en el caso de Roma es casi como decir la esencia misma de la excelencia. Lotito quiere romper amarras con los ultras, y eso le ha convertido en enemigo acérrimo de la derecha y le ha obligado a moverse protegido por escoltas privados. Le llueven las amenazas, pero no ha cedido y mantiene a los radicales lejos de los órganos del club a los que hasta hace poco les era mucho más fácil llegar.