Los de fuera no vinieron de paseo
Una vez terminada la Vuelta, toca hacer balance de la carrera. Ayer ya comenté que el podio me parece justo por los méritos realizados en la carretera. Están el más fuerte, Menchov, y los dos más valientes, Sastre y Samuel. En cuanto al comportamiento de los extranjeros en la prueba, su actitud ha sido ejemplar. Rabobank ha controlado todos los días por los intereses de Menchov y se ha llevado tres etapas con Freire, además de la del ruso. El Milram y el Lampre han buscado todas las etapas que han acabado al sprint, como la de ayer en Madrid, para Petacchi, Bennati y Zabel, todos ellos grandes campeones. El Quick Step y el Liquigas también lo han intentado con todos sus corredores, y algunas veces han tenido más suerte que en otras, como con Paolo Bettini. Hubo una época en la que los ciclistas foráneos venían a cumplir el expediente y se retiraban a mitad de Vuelta. Ahora vienen a ganar, como Cadel Evans, en un ejemplo de profesionalidad.
También es importante que la nuestra ha sido la única de las tres grandes que no ha vivido ningún escándalo de dopaje. Aún hay que esperar a los resultados de los últimos controles, pero lo normal sería que no se diera ningún positivo. Es una muestra de este deporte se va regenerando y limpiando poco a poco desde dentro. Y no me quiero olvidar de los equipos modestos, como el Andalucía, Relax y Karpin, que nos han hecho vibrar en etapas que no tenían mucha historia y han luchado hasta el final por lograr una etapa.